Contrera
Leyendo otros blogs, me percato de que hay mucha gente a la que no le gustan las fiestas. Les aburre, les pone de mal humor, les amarga. A mí, en cambio, me encantan. tal vez los días previos ando sin espíritu de festejo, pero cuando llega al día me pongo de buen humor. me encanta comer y me encanta todo lo típico de navidad (salvo el pan dulce, turrones y demás). adoro el vitel toné, el matambre, el escabeche, la pavita, el lechón, la empanada gallega, el lomo ahumado, todo. también que haya bebida a rolete y que no sea yo la que tenga que comprarla sino el bueno de mi papá. y claro, los regalos. no te digo que estoy mirando el reloj cada un minuto como cuando era chica, pero me sigue interesando que lleguen las doce. y otra cosa buena es que no tengo que bancarme tíos abuelos o primos densos que pintan solo para las fiestas porque nos juntamos los de siempre (hermanos, cuniados, algunos tíos directos), que ya somos muchos. antes me copaban los cuetes, pero después de quemarme feo una pierna con eso en Miramar, me dan un poco de miedo. cuando dieron las doce, Valentina se moría por asaltar el arbolito, pero mi hermano le dice: "ya va, dentro de un rato". Pendejo, ya te olvidaste cómo te excitabas vos en cada Navidad?, le digo y se caga de risa. Después empezaron a poner música y mi mamá que cuando se pone en pedo te quiere sacar a bailar sí o sí. Unos tangos de Edmundo Rivero y después Sergio Denis, "hoy querida mía hagamos el amor con alegría" y la otra de la propaganda. Y Bersuit y cumbia, una horrible que dice "un olor a tabaco y chanel" y todas esas porquerías que se bajan los pendejos de internet. Debo decirlo, la música fue lo peor de la noche. Luego, fiesta en la casa de un amigo de mi marido. Toda gente de Letras y porro y pepa y punchi punchi. Otra vez, la música una garcha.
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