Tuesday, October 04, 2005

Ahorrate el peluche o cómo agotar la adolescencia
(...) Cómo me gustaría estar ahora en alguna pileta de Las Vegas con vos, en alguna pileta barata de algun motel más barato todavía. Cuando vengas va a hacer calor y yo voy a tener 21 o sea que vamos a poder tomar sin tener que llamar a mi tío. Vamos a llevar muchos hongos y en eso va a consistir: pasarla bien con vos, tomar, “estar”, pasar hambre, acariciarnos, nadar, casarnos, noche de bodas, tocarte, darte besos, como nos dimos los últimos días, digamos 500 o 600 por hora”. (abril 1997)
(...)Te voy a contar algo que nunca te conté. Uno de los últimos días que yo dormía en la cama de mi hermano y vos en la mía, una mañana me viniste a despertar y me diste un beso. Me gustó tanto tanto tanto ese beso que me propuse hacertelo a vos alguna otra mañana. Y te lo di una vez que te estabas despertando y me parece que te gusto tanto como a mi. Esa es la anécdota. Ese beso ya lo archivé como el mejor que me dieron en mi vida. Te lo juro, jamás sentí un beso como ese, no se porqué” (junio de 1997)
(...)Gorda, hasta que no te tenga al lado mío soy un dead man walking, como diría Mr Bowie. No puedo con mi vida y con mi amor y el dueño me quiere hacer manager. A veces me ve tan destruido que me invita a la playa o a andar en bicicleta. Ya les dije que si me quieren hacer bien vayan a Argentina a convencerte de que vengas. La segunda no te escapas. Dont you know blue eyes? You never can win (mayo 1997)
(...)¿Mi concepto de la felicidad? Querrás decir mis inconceptos, incoherentes, inútiles. Gorda, para mi eso de sentir que te quiero y que me querés, de sentirme necesitado y necesitarte a la vez no se llama felicidad, se llama amor. Estoy a años luz de ser feliz desde el momento en que te tengo tan lejos. Desde plaza francia hasta Santa Mónica, todo eso fue amor (mayo 1997)
(...)Por qué no te digo mas “rubia”? Yo tampoco veo la hora de tocarte de nuevo, de chuparnos los cogotes, de sentir tu olor en el pelo, de que me grites, de que caminemos, aunque sea en las salinas del Valle Muerto, de que charlemos, de que estemos callados, de verte con la cara de culo cuando te despertás, de esperar ansiosos que la habitación del motel sea agradable, todo, todo, todo con vos. Ah y de que sea barata! (mayo 1997)
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